Stephanie Gilmore, nacida en Australia y cariñosamente apodada ‘Happy Gilmore’ por su actitud alegre y optimista, ha sido una figura destacada en el mundo del surf desde su debut en 2007.
Originaria de NSW, Australia, Gilmore comenzó a surfear a los 10 años en la famosa Gold Coast, animada por su padre. Rápidamente mostró un talento natural para el deporte y a los 17 años ya competía como comodín en torneos. En 2005, se hizo con el título en el Roxy Pro Gold Coast.
Tras ganar su segundo evento seguido, Gilmore se clasificó para el Tour Mundial de la ASP en 2007, iniciando una carrera repleta de éxitos. Ese mismo año ganó cuatro de ocho eventos, iniciando una racha de cinco títulos consecutivos, con victorias en 2009, 2010, 2012 y 2014. También se coronó campeona en 2008 y actualmente ocupa el quinto lugar en el ranking de la WSL.
Su impresionante desempeño le valió reconocimientos fuera del agua también. En 2010, con solo 22 años, Gilmore fue incorporada al Salón de la Fama del Surf, convirtiéndose en la más joven en recibir este honor en aquel momento.
Stephanie Gilmore, la destacada surfista australiana, se coronó campeona del mundo en 2022, marcando su octavo título mundial desde su primer triunfo en 2007. A sus 35 años, continúa demostrando su destreza en el surf, manteniéndose en el top de las clasificaciones y ocupando el sexto lugar este año. Incluso estando en quinta posición la temporada anterior, Gilmore logró alzarse con el título, confirmando que la temporada 2013 está lejos de estar definida y solidificando su lugar como una de las mejores surfistas de todos los tiempos.
Gilmore también se ha destacado como activista por la igualdad en el surf, abogando por la igualdad salarial y enfrentando la presión de tener que presentar una imagen perfecta en bikini, como confesó en una entrevista con el diario deportivo As. Su contribución al deporte y su activismo la convierten en un referente a seguir.
Stephanie Gilmore reconoce que la industria del surf puede ser un entorno desafiante para las mujeres, donde a menudo se sienten presionadas a cumplir ciertos estándares estéticos. Recuerda haber sentido la necesidad de mantener una imagen de «chica sexy de playa» en sus inicios como surfista prometedora. Sin embargo, inspirada por atletas como Serena Williams, que combinan fuerza y feminidad, Gilmore aprendió a valorar y abrazar ambos aspectos de sí misma.
Dedicada a ser más que una campeona, Gilmore se ha comprometido con la lucha por la igualdad en el surf. Más allá del dinero, su motivación radica en ser una líder y agente de cambio. Bajo su influencia, la generación actual ha logrado igualar los premios en metálico en la WSL para hombres y mujeres y competir en las mismas olas. Aunque aún queda mucho por hacer, como enfrentar la presión estética y lograr igualdad en contratos de patrocinio y premios en eventos menores, Gilmore está decidida a liderar este camino hacia un cambio positivo en el mundo del surf.