
En una audaz hazaña que mezcla deporte y aventura, Guillermo Carracedo, cuatro veces campeón de España de paddle surf, ha logrado surfear en la playa de Gulpiyuri, Asturias. Este reto forma parte de su ambicioso proyecto de surfear en cada una de las 17 Comunidades Autónomas de España, incluyendo los lugares más emblemáticos de la geografía peninsular e insular, tanto litoral como interior.
Gulpiyuri, una joya escondida en el paisaje asturiano, se distingue por ser una de las playas más inusuales de España y fue merecidamente declarada Monumento Natural en el año 2001. Lo que la hace extraordinariamente singular es su carácter interior, una playa que, a diferencia de las típicas franjas costeras, se encuentra enclavada tierra adentro, rodeada por la serenidad de verdes prados. Este fenómeno geológico, una rareza en sí misma, se forma por la filtración de las aguas saladas del mar Cantábrico que, a través de un intrincado sistema de cavernas y acantilados calizos, emergen creando un pequeño pero encantador oasis marino. La playa, con sus escasos 40 metros de longitud, se convierte en un misterioso espejo de agua que desafía las convenciones de lo que comúnmente se espera de un paisaje costero.
El acceso a Gulpiyuri es en sí mismo una aventura, una invitación a los espíritus aventureros y a los amantes de la naturaleza. Solo se puede llegar a pie, siguiendo un camino agrícola que atraviesa los campos circundantes. Esta ruta, si bien limita el acceso turístico masivo, preserva la tranquilidad y la pureza del entorno, manteniendo intacta la magia del lugar. Para los visitantes, esta playa interior ofrece una experiencia única: la oportunidad de sumergirse en aguas saladas y disfrutar de un entorno marino, todo mientras están rodeados por un paisaje típicamente rural. La singularidad de Gulpiyuri y su aislamiento contribuyen a su encanto, atrayendo a aquellos que buscan una experiencia fuera de lo común, lejos de las playas tradicionales y sus multitudes. Su carácter inusual no solo la convierte en un lugar de interés geológico, sino también en un símbolo del poder sorprendente y caprichoso de la naturaleza.
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Carracedo, inspirado por el surfista americano Ben Gravy, quien surfeó en los 51 estados de los Estados Unidos, ha emprendido este reto con la intención de hacer «algo diferente en lugares icónicos». Su viaje comenzó en su Galicia natal, logrando una hazaña similar en la playa de las Catedrales.
El reto de Carracedo no es solo un testimonio de habilidad y valentía, sino también un homenaje a la diversidad y belleza de las costas españolas. Al surfear en Gulpiyuri, Carracedo no solo se convirtió en la primera persona en lograr esta hazaña, sino que también destacó la singularidad de esta pequeña pero impresionante playa asturiana.
Con la ayuda de locales como Hugo, de la Escuela Asturiana de Surf, y la colaboración del youtuber Willy Foxx, Carracedo está documentando su aventura, que promete ser tan educativa como emocionante. Mientras continúa su viaje a través de España, este intrépido surfista está demostrando que, con determinación y respeto por la naturaleza, incluso los lugares más insólitos pueden convertirse en escenarios para el deporte y la aventura.