En un mundo donde la juventud es a menudo sinónimo de energía y vigor, Seiichi Sano, un empresario de Fujisawa, Japón, está redefiniendo lo que significa envejecer con gracia. A sus 89 años, este intrépido japonés ha sido reconocido por el Libro Guinness de los Récords como el surfista más viejo del mundo, una hazaña que celebra no solo su longevidad sino también su insaciable apetito por la vida y las nuevas experiencias.
Sano, quien todavía dirige su negocio de suministro de madera, comenzó a enfrentar retos físicos extremos en su octava década. Su primer gran logro fue escalar el Monte Fuji, un desafío notable para cualquier persona, y más aún para alguien en sus años dorados. Pero no se detuvo ahí. En busca de nuevas aventuras, Sano encontró en el surf una fuente de juventud y vitalidad.
A pesar de comenzar a surfear a la avanzada edad de 80 años, Sano ha demostrado una habilidad y un entusiasmo que desmienten su edad. Regularmente se le puede ver en las playas cerca de Enoshima, una isla que ha sido un punto focal del surf en Japón, especialmente después de los Juegos Olímpicos de Tokio. Allí, Sano se mezcla con surfistas mucho más jóvenes, ganándose su respeto y admiración.
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«No me considero un anciano», dice Sano, vestido en su traje de neopreno con su tabla de surf a su lado. Su humildad y pasión por la vida son evidentes cuando se refiere a sí mismo como un «surfista de olas pequeñas», en deferencia a aquellos con habilidades más avanzadas.
La historia de Sano es una fuente de inspiración no solo para los surfistas sino para cualquier persona que busque mantenerse activa y comprometida con la vida, sin importar la edad. Su enfoque en el disfrute en lugar de la perfección es un recordatorio de que a veces, el verdadero éxito reside en la alegría del proceso más que en la destreza técnica.
Además, Sano personifica una tendencia creciente en el mundo del surf: la participación de personas mayores de 50 años. En países como España, el número de licencias deportivas en surf ha aumentado considerablemente, con un porcentaje significativo de practicantes mayores de 50 años. Esto demuestra que el surf, más allá de ser un deporte de jóvenes, es una actividad que personas de todas las edades pueden disfrutar, siempre que se mantengan en buena forma física y mental.
A pesar de comenzar a surfear a la avanzada edad de 80 años, Sano ha demostrado una habilidad y un entusiasmo que desmienten su edad
El surf, combinado con prácticas como el yoga y una dieta balanceada, puede ofrecer beneficios significativos para la salud física y mental. La liberación de endorfinas al surfear una ola proporciona una sensación de felicidad y satisfacción, demostrando que el deporte es más que una actividad física; es un impulsor de bienestar emocional y una fuente de rejuvenecimiento.
Mientras que Sano rechaza las actividades extremas como el bungee jumping por considerarlas demasiado peligrosas, no descarta seguir explorando nuevos desafíos. Incluso ha considerado probar el boulder en un gimnasio, continuando su búsqueda de desafíos que lo mantengan activo y comprometido.
En un mundo donde la edad a menudo se ve como una barrera, Seiichi Sano es un faro de posibilidad, recordándonos que nunca es demasiado tarde para empezar algo nuevo, para desafiarnos a nosotros mismos, y sobre todo, para disfrutar de la vida al máximo, ola tras ola.